lunes, 2 de julio de 2012

¿QUE HAY DE MENÚ?


Después de repetir unas cincuenta veces el menú del día, lo dices ya de forma automática.
Lo memorizas nada más ponerte el delantal, sabes que algunas cosas se repiten, otras varían, pero cada día, es prácticamente igual al anterior.
Lo mismo ocurre con el cliente, que intenta seguirte mientras lo dices lo más rápido posible, porque el local está lleno, porque ya estás saturada, pero tanto uno como otro, se olvidan de lo esencial, el cliente, de que, en este caso, camarera, va deprisa y corriendo, porque así se lo exigen, y la camarera, de que el cliente quizá no tiene el oído acostumbrado a tanta “ligereza oral”.
Aunque a veces, y más si viene casi a diario, lo que intenta es burlarse de ti, ponerte nerviosa, o busca un poco de atención especial, primer plato, segundo plato, ensalada, bebida, pan y postre, una sonrisa, que aguantes sus piropos, a veces de mal gusto, y todo, por ocho euros.
Pero otras veces, después de haber aguantado el tercer “guapa” de su boca, te mira con una sonrisa de “el cliente siempre tiene la razón”.
- ¿Me lo puedes repetir? Es que no te he escuchado, guapa.
Vaya, hoy viene con ganas de hacerte perder el tiempo, pues es el mismo menú de todos los miércoles, que por cierto, los miércoles nunca falla.
- De primero, ensalada de alubias, ternera con guisantes o consomé.
- ¿Qué lleva el consomé?
- Caldo, señor.
Te mira entrecerrando los ojos, piensa que estás ligando con él, porque le estás dando conversación. ¡Qué vista!
- ¿Y de segundo?
Sonríes, estás a punto de mandarlo al local de al lado.
- Macarrones con tomate, carne empanada con patatas o ensalada, chuletas con patatas o ensalada, o calamares romana también con patatas o ensalada.
- ¿Tú que me recomiendas?
- Los macarrones son gratinados, y las chuletas están muy bien.
Vuelve a sonreír:
- ¿La ternera me has dicho con guisantes?
- Sí, señor, ¿quiere ternera?
- Me pones ensalada de alubias.
Vale, jaja, se ha quedado contigo. Encima es gracioso.
- ¿Y de segundo qué le pongo?
- Uf, si yo te contara –finge ajustarse “el paquete”.
Intentas demostrar que tu sonrisa es la que vendes a diario a todos los que pisan el restaurante, que no tiene nada de especial, sólo “dientes”.
- ¿Me dice qué le pongo de segundo, señor?
- ¿De qué es la carne empanada?
- De pollo.
- ¿Ensalada de qué?
- De la huerta, ya sabe, tomate, lechuga, pepino, maiz…
- ¿Y las chuletas me has dicho…?
- De lomo de cerdo, señor.
- ¿Y las patatas de qué son?
- De patata, “señor”.

4 comentarios:

  1. Vaya que lo que cuentas pasa en la vida cotidiana. Y más en verano que es cuando la gente va a los bares.

    Saludos y que pases un buen verano.

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    1. lo bueno y lo malo, es que pasa más a menudo de lo que pensamos, jaja. un beso, Gata Enmascarada, feliz verano.

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  2. ¡Muy bueno! Tal cual. Y el final muy divertido.
    Besoss

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    1. la verdad es que me parecía algo tan cotidiano, que me partía escribiendolo, me alegro mucho que te haya gustado, Lourdes, espero publicar pronto alguna historia más. feliz verano, Besos

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