Estaba sentada en el porche, en aquel banco
de madera ya astillada que mi marido se negaba a tirar, "algún día tendrá mucho valor",
decía cada vez que yo quería deshacerme de algo, sabía que algo había
ocurrido, no tenía ni idea si bueno o malo, empezó a dolerme el cuello
exageradamente, sonó el teléfono, me levanté despacio, no tenía prisa por
cogerlo, sabía que mi presentimiento estaba teniendo lugar, y quería atrasarlo
todo el tiempo que pudiera..."Hola
somos los Harrigans, en este momento no estamos en casa, si lo desea puede
dejar su mensaje después de oír la señal", escuché mientras
andaba hacía el teléfono..."Hola
Maritxa, soy Beatriz, sólo era decirte que nuestra hermana ya ha tenido al
bebé, y ya sé que no te gusta que me entrometa pero creo que deberías ir, quizá
esto sea una oportunidad que os da la vida para arreglaros, quizá ella te
perdone lo que hiciste si te presentas allí con un ramo de flores o unos
bombones...bueno creo que ya me estoy metiendo de más, llámame Maritxa haz el
favor, y por cierto...Te quiero y yo no tengo nada que perdonarte."
Cogí mi bolso y mi chaqueta, no estaba
segura de si quería ir, ni de si quería recibir siquiera el perdón de mi
hermana, para ser sincera, no había hecho nada a nadie, volverse drogadicta no
es algo que una elija apropósito, tampoco lo califico de enfermedad, pero creo
que tenía mil razones para hacer lo que hice, ¿qué hubieras hecho tú si pierdes a tus dos hijos y a tu
marido?
Si seguía pensando me decantaría por no ir,
y la verdad sea dicha, tenía ganas de ver aquel bebé que se llamaría igual que
mi difunto marido.
Arranqué y cogí la A-332, allí había menos
tráfico que si rodeaba por la costa, en estos meses de verano, el pueblo se
llena, es uno de los pueblos costeros más bonitos del mundo, de repente un
coche se abalanzó sobre el mío, dios santo, menudo susto jovenzuelo, y encima
se va, ¡será posible que haya
gente tan poco humanitaria!, "si ha sido culpa tuya"-grité
mientras seguía su fuga. Me encontraba a apenas 1 km del hospital, la grúa
tardaría horas en llegar y el coche no parecía tener arreglo, se veía
destrozado por todas partes ¡y yo sin un solo rasguño, lo que es la vida!
decidí seguir andando, el coche estaba fuera de la vía y no podía estorbar a
nadie, así que desde el hospital podía hacer la llamada para que lo recogieran.
Fuera del hospital estaba la familia de mi
cuñado, a ellos tampoco les caía nada bien,"¡clasistas de mierda!",
ni un saludo les dediqué, subí el ascensor y desde la puerta escuché a mi madre
y mi hermana Beatriz despidiendose de Clara, aproveché para hacer un pis antes
de que pudieran verme, así me ahorraba de ver a mi madre, ella si me hablaba,
pero de más.
Cuando volví del aseo, abrí un poquito la
puerta, Clara no estaba sola, además del bebé había un hombre sentado en la
butaca, un momento...¡ese
hombre lo conozco! dios santo, ¿qué broma macabra era esta? pero si es mi
marido, dios el accidente de coche me ha dejado trastocada, quizá tenga que
verme un médico, no voy a pasar, luego vendré a ver al bebé, porque estoy
empezando a encontrarme fatal...uufff, me empiezo a marear, será mejor que
salga fuera a tomar el aire, y fumar un cigarrillo, luego acudiré a un
médico...Mi madre sigue en la puerta, hablando por el móvil, ¿Qué haces mamá?
¡Joder se ha desmayado! Voy a ver qué pasa...parece que recupera la conciencia.
-Mamá ¿estás bien? ¿Mamá?
¿Beatriz que ha pasado? ¿Beatriz joder que pasa? ¿Vais a responderme alguna?
¿Qué diantres sucede?
Llega una ambulancia, una mujer
joven va en la camilla, parece ser causa de un accidente de tráfico, ¿Mamá que
narices haces abrazando a esa tía?
Pasan
los dos médicos delante mía con la camilla, por desgracia no puedo evitar mirar
a la chica a la que transportan, pobrecilla, un médico se queja, dice que
porqué tienen que transportarla ellos si ya está muerta, el otro le contesta lo
vagos que se están volviendo los forenses...un segundo, que parecido tiene esa
chica con, no puede ser, esto no está pasando...SOY
YO