lunes, 20 de febrero de 2012

PASA LA VIDA, CAPITULO 16

Raquel cambió su postura. No volvió a ser la chica alegre, pero al menos tampoco parecía un alma en pena.                                  
Se metió de lleno en sus estudios.
Pasó los meses allí, saliendo a pasear de vez en cuando con Isabel.
Se había convertido en la hermana mayor de Elizabeth.
La niña, siempre pegada a su falda, le dijo una tarde:
-Mi tío Armando, viene a por mí. Me va a llevar con él a su casa en lon… los ingleses.
-Londres.
-Sí. Es el hermano de mi mamá. Se creía que estaba con mis otros tíos, tengo un primo y mi tito dice que me va a adoptar.
-Me alegro mucho por ti.
-Yo también. Mi tito es muy bueno… pero allí donde vive, hablan de otra forma, y yo siempre suspendo el inglés.
-Enseguida lo aprenderás. Vas a ser muy feliz y pórtate muy bien, como siempre, ¿Vale?
Abrazó a la niña.
Le recordaba tanto a lucía…

Pronto llegó de nuevo la navidad. Echó en falta a la pequeña, más que nunca.
Miraba a su alrededor. Laura tampoco estaba. Sólo su amiga y ella.
Se equivocó la vez anterior, sí tendría más navidades tristes. Pensó que cada vez lo eran más, la hacían sentirse más sola. Y se afianzó en que todas ya serían así. Sin su familia, sin su hermana.

Los meses, una vez que el tiempo no importa, pasan volando.
La fecha fijada, estaba a sólo unos días.                         
Lucía, esperaba ansiosa la llegada de su hermana.
Sólo sabía comentar que pronto sería el día veinte.
Tenía montones de cosas en mente. Raquel cumplía los diecinueve años y saldría.
-¿Qué pasa el día veinte?- preguntó Elena.
-Es el cumpleaños de Raquel. Ella sale en su cumpleaños. Eso dijo papá.
-¿Sale? ¿Dónde está tu hermana?
-Interna en un colegio.
La expresión de Elena cambió.
-¿Dónde exactamente?
Lucia se lo dijo:
-¿Papa no te contó lo que pasó con Raquel?
-Me dijo… que había sufrido un accidente. Y que estaba… bueno, no terminó la frase. Nunca la ha mencionado y yo creí que había… muerto.
-Pues está muy viva. Y ya es hora de que vuelva a casa. Espero que papá la haya perdonado.
-Cuéntame lo sucedido.
Lucia le explicó los detalles del accidente.
-Como yo era más pequeña, sólo me cayó una multa, pero Raquel fue internada.
-¿Por qué tu padre no la menciona?
-El no… ha sabido entenderla, pero mi hermana es buena gente. De verdad. Ella no tuvo la culpa, fue culpa mía…
-No te culpes, erais muy jóvenes.
-No lo entiendes. Siempre ha sido culpa mía. Yo era muy revoltosa, Raquel era más buena. Yo espantaba a las niñeras con petardos, pero Raquel siempre hacía lo posible para que papá no sospechara de mí. Cuando rompía cristales, Raquel cogía la piedra. Ella siempre me protegía. Yo… quería que papá me pillase y no la castigara más a ella. Pero él solo veía lo malo de mi hermana. Y Raquel empezó a gritar y contestar. Yo la hice mala.

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