Había una gran mesa, estaba ya montada con cubiertos, platos y demás enseres necesarios o no, para quien quisiera usarlos.
Y pegada a la pared, había otra, tipo buffet con variedad de comida y dulces, para que cada cual se sirviera lo que le apeteciese.
Andrés gustaba de agasajar a sus invitados así, siempre preparaba para todo un buffet variado. Después, la comida y por la noche, la cena, igual. Así cada uno podía comer siempre lo que más le gustase dentro de la gran variedad de platos.
Aparte de los invitados, estaba el personal. El mayordomo, hombre servicial. La cocinera y la doncella. También una enfermera particular de Andrés. Todos llevaban en la casa desde siempre.
El anfitrión se había levantado y bajaba a almorzar con sus invitados.
Se quedó en su silla de ruedas, a la cabecera de la mesa.
Rondaba ochenta años, y miraba a todos sonriente.
A un lado, se sentaron Jorge, David y Jacobo. Los tres hombres rondaban la treintena.
Al otro lado, las mujeres. Diana, Elena y Pamela, la primera de treinta y pocos y las dos amigas de veintiocho.
Andrés hizo caso omiso, igual que la propia interesada, a que Jorge tenía su mirada y atención en Elena.
Escuchaba cada una de sus palabras. Tampoco perdía de vista a David, pero su mirada no era tierna, precisamente.
Con Diana hacia algunos comentarios, y a Pamela, bueno, la chica, para Jorge, no era de su agrado. Y simplemente, no estaba.
Y con Jacobo, apenas sí le prestaba un mínimo de atención.
Andrés, intentando romper el hielo, sacó un tema trivial, que derivó en asuntos de la empresa. Y ahí participaron casi todos.
Jacobo escuchaba con atención, pero se sentía aparte.
Miraba a Pamela, ella sí que estaba totalmente aislada, con la mirada entre su plato y las grandes ventanas.
De pronto, David hizo una mención a su nuevo proyecto. Diana quería fundirlo con la mirada, aguantándose con los labios fruncidos.
David, sonriendo de oreja a oreja, pero con cinismo, le preguntó:
- Por cierto, creo que sabes mucho de este proyecto. ¿No, Diana?
- Es muy grosero y estúpido por tu parte, el hablar nada sobre ese particular.
- Perdona, colega, pero es lo que tú crees. A mí me parece de buen gusto sacar nuestros logros a la luz. Me gusta comentarlo con Elena.
- ¿Se lo dices “todo” a tu novia?
- Por supuesto, no tenemos secretos.
La miró y sonrió.
Diana, sin apartar la mirada de David, soltó un sonoro ¡Ja!
- Como se suele decir, el que se pica, ajos come –replicó David, burlón.
Diana perdió un poco la compostura cuando replicó:
- Como se suele decir, eres un maldito tramposo y traicionero. Pero esto no va a quedar así. De una forma u otra, me las vas a pagar todas juntas.
Arrastró la silla con rabia. Dirigiéndose a todos, dijo:
- Les pido disculpas, pero cierta compañía no es grata. Permiso.
Salió del comedor.
Casi tropieza con Paula. Era muy joven, muy atractiva y muy altiva.
- ¡Hola! ¿Llego tarde? Lo siento muchísimo. Por favor, Andrés. ¿Podrás perdonarme? Di que sí.
Por toda respuesta, él le sonrió.
- Eres un cielo. Estoy encantada de que me hayas invitado a tu casa este fin de semana que papá no está.
Se sentó en el lugar que ocupara Diana, y todos comentaron cosas triviales que no derivó en nada. Jorge se levantó a los pocos minutos y salió del comedor.
El almuerzo dio a su fin y pasaron a otras dependencias de la casa.
Pamela salió al jardín. Era frondoso y bien cuidado.
Se sentía excluida, así que iba por libre.
Estaba sumida en sus pensamientos, cuando, cerca de allí oyó voces muy conocidas.
- Lo siento, pero es importante que me des una respuesta ya.
- Cálmate, Paula, yo me ocuparé de todo- era la voz de David, conciliadora.
- Siempre dices lo mismo. ¡Y nunca haces nada! Pues te diré una cosa, pienso seguir adelante.
Pamela, intentó alejarse. Si la descubrían, pensarían que espiaba.
- Hola - dijo una voz a su espalda.
- Hola, Jacobo. No te había visto. –dijo, sobresaltada.
- Sí, hay mucho tráfico por esta parte del jardín.
- Voy al acantilado.
- Te acompaño.
Hola!, he leido tu comentario en mi blog "El club de las escritoras", pero lo k pido es k vosotras hagais el final, redactándolo, con diálogos y todo si hace falta.
ResponderEliminarTu idea es muy buena, y es cierto k Richard parece algo estúpido, pero en el fondo la ama y k sabes de Jack?, tampoco es k podamos fiarnos de él al 100%... o sí?.
X cierto, las dos historias k publicas aki son tuyas?, si es así y kieres pertencer al club, hazmelo saber.
En ese caso, mandame el link donde tienes la portada de cada historia y el argumento.
Espero tu respuesta y gracias x la visita!!!
Saludos!!!
Lo dixo, si kieres pertenecer al club, dímelo. Lo único k necesito es las portadas d cada historia, el link del comienzo d kada una de ellas y los arguemtos también...
ResponderEliminarX cierto, t animas entonces con lo del reto?, serás capaz d atreverte?. Espero k me digas k sí a las dos cosas y k en breve m des "tu final" del relato "Dudas".
Saludos!!!
http://elclubdelasescritoras.blogspot.com/2011/04/reto-te-atreves.html
Ánimooooo !!!!!!!! siento haber tardado tanto en pasar por aquí.
ResponderEliminarUn beso tocaya!!!