lunes, 23 de julio de 2012



Pasadas las diez y media, todos, excepto el anfitrión, estaban en una gran sala, con muchos sillones.
La charla era variada.
Elena, sentada junto a Pamela, que hojeaba una revista, se puso en pie. Fue al equipo de música. Seleccionó un CD y lo puso en la cadena.
Era música clásica, pero la puso a volumen muy alto.
David, poniéndose en pie, dijo a su prometida:
- Baja el volumen, Elena, está muy fuerte.
- Yo lo haré – se ofreció Pamela.
Lo bajó bastante y fue de nuevo a su sitio.
Elena seguía junto al altavoz, con los ojos cerrados y abstraída por completo.
- Mañana por la mañana me marcho - dijo Paula.
- ¿Ah, sí? - le preguntó Diana.
- Sí. Ya me aburro. Saldré a navegar. ¿Me acompañas?
- No creo que...
- Hazlo, por favor, será muy divertido. Papá tiene un nuevo patrón en su yate, que es fabuloso.
- Está bien.
- ¿Nos acompañas, Elena?
- Está distraída – dijo Pamela. ¿Quieres que se lo pregunte?
- Es igual, déjalo.
Su tono era despreciativo. Mostrando de lejos que no deseaba nada con Pamela.
- Pues, como te iba diciendo, Diana, ya verás lo bien que lo pasamos. ¿Alguno de vosotros se apunta? Iremos a la isla.
- Yo iré - dijo Jorge.
Paula miró a Jacobo y éste asintió.
- Lo pensaré - dijo David- Aunque puede que sí.
- Entonces partimos a las nueve. ¡Oh, perdón! Zarpamos a las nueve. Quedamos a las ocho y media en el vestíbulo. Llamaré al patrón, que esté listo a esa hora.
Un cuarto de hora después, David se puso en pie:
- Voy a ver a Andrés. Buenas noches a todos.
Le respondieron la despedida.
- Tío estará descansando- dijo Jorge.
- Andrés nunca descansa cuando tiene un negocio entre manos. Y ahora lo tiene conmigo.
- ¿Qué negocio es ése?
- Tú preocúpate de sentarte en tu despacho y que te lo den todo mascadito. Y deja los asuntos serios para los mayores.
Jorge lo miró de una manera... David se estaba burlando, pero no encontró palabras para responder.
Cuando la puerta se cerró, dijo con despecho:
- De verdad. No me explico cómo Elena lo soporta. Es un ser despreciable.
- ¡Jorge! No digas eso.
- Es lo que siento, Paula. El mundo no perdería nada si David desapareciera de él.
- Tranquilo, Jorge- terció Jacobo- No hables así delante de su prometida.
- Ni siquiera  nos mira- dijo con desprecio.
- Aún así, ella está presente - comentó Diana.
- No deseo ningún mal a ése tipo, pero sí mucho bien a Elena. Por eso me callo. De un modo u otro, acaba sabiéndolo todo.


2 comentarios:

  1. Este capítulo, va especialmente para ti Lou, un beso, cielo

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  2. ¡Hola guapa! ¿Qué ocurrirá después de está reunión? Me tienes intrigada no sólo con la historia sino con cada personaje. Esperaba tu actualización Eileen. ¡Gracias y un beso grande!

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