martes, 24 de abril de 2012

CAMINOS



Te levantas por la mañana, te cuelgas la mochila a la espalda y echas a andar.
Ese camino que tanto tiempo llevamos deseando tomar, pues hoy es tan buen día para tomarlo como otro cualquiera.
El sol brilla, los pájaros cantan, te sientes feliz de respirar aire puro. Y una lagartija se cruza en tu camino. Vaya, a ti que te da repelús las lagartijas y bichos en general.
Una nube oscurece el cielo. Jolín, ya no es tan bueno el día.
Y te encuentras ante la encrucijada de los tres senderos. Estás sola ¿Cuál tomas? Derecha, izquierda o centro.
El de la derecha, ves que termina en un maravilloso prado, el de la izquierda, te lleva a una cala divina, y el del centro, no se ve el final, así que supones que es más de lo mismo.
Te encaminas por el primero, llegas al prado, el sol vuelve a brillar, te imaginas que estás dentro de la película sonrisas y lágrimas. Y allí que te pones, (porque nadie te ve) a bailar dando vueltas, como si la vida fuese una noria. Y justo en el centro del prado, ves que hay una trampa, honda, inquietante, con estacas dispuestas a hacer su trabajo si das un traspiés.
Giras sobre tus pasos y retomas el camino, el de la izquierda. Hace mucho calor, por lo que un bañito no estaría mal.
Como siempre, no hay nadie, así que te quitas la ropa y te metes en el agua.
Y cuando mas feliz te sientes, meciéndote entre las olas, notas que el agua está removida, te enderezas, un remolino viene hacia ti. Sales huyendo de allí, a malas penas coges la ropa, pero se te olvidan los zapatos.
Así que decides en el cruce de caminos, que debes dar la vuelta, pero una valla increíble, se ha levantado sin que te dieras cuenta, no hay marcha atrás.
La marcha hacia adelante, te lleva de vuelta a casa. Con los pies destrozados por tanto pisar matas y piedras.

Moraleja: da igual el camino que tomes, cuando te sientes feliz, siempre tiene trampa. Cuando intentas relajarte, un remolino descontrolado te engulle. La marcha atrás, es una leyenda urbana, y cuando por fin encuentras tu camino, este se hace un suplicio, que te destroza por completo, quitándote las ganas de seguir otro camino.

Así que si un día decides cambiar de senda, lo mejor es que no vayas por la misma que los demás, elige la tuya, haz la tuya, total, al final siempre hay algo que la fastidia.

pero, lo mejor de todo, o lo unico bueno, es que vayas donde vayas, siempre queda una huella en el camino.



5 comentarios:

  1. Creo que tienes razón, cada cual ha de elegir su camino, en lo que creo te confundes es en lo de que siempre hay algo que la fastidia, creo que cada uno intenta que su vida sea especial, y tomamos buenas y malas decisiones, las buenas nos llevan a cumplir nuestros deseos, y de las malas siempre salen las mejores historias, osea que tomes la decisión que tomes siempre hay algo bueno ¿no crees? hay que ver, con lo bien que escribes no puedes ser tan negativa Eileen.

    Un saludo enorme, de una nueva seguidora

    Carolina

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  2. Y encima te gusta el senderismo??? ahora si que te seguiré de por vida!!! un abrazo Eileen

    Caro

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  3. por suerte o por desgracia, aun siendo el camino correcto, no somos felices del todo, no soy negativa, sino positiva, porque es mejor ver lo que te viene, asi lo puedes sortear ¿no? incluso de las peores experiencias, siempre se saca algo bueno. un beso, Carolina, a una amiga con la que compartir algo más que la lectura (Que ya es mucho) Ja,ja. gracias por tu apoyo.

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  4. Hay que elegir el camino, y siempre se aprende, aunque a veces no tomes el sendero ideal.
    ¡Hermoso relato!
    Un beso Lou

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  5. ¡Hola Eileen!
    Si, de verdad que la experiencia nos es útil. Siempre podemos sacar algo bueno y aprender.
    No hay nada mejor que seguir caminando sin miedo. El miedo paraliza y no podríamos avanzar.
    Un beso. Lou

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