martes, 30 de agosto de 2011

PASA LA VIDA, CAPITULO 14


Las cartas de Lucía, llegaban puntualmente cada sábado.                       
Era lo único que la mantenía en la realidad.
Isabel, al ver su desinterés por todo, la matriculó en administrativo y contabilidad avanzada, para que no tuviera tiempo de pensar, que tuviera algo en lo que tomar interés.
Pero al cabo de cuatro meses, seguía sin integrarse. Sólo se dejaba llevar.
Las novatadas, poco a poco, fueron remitiendo, y ya apenas le hacían caso.
Charlaba de vez en cuando con Laura, era lo más parecido a una amiga que tenía allí.
Y las demás, pasaban de ella. Nunca reía, no hablaba, no compartía juegos…

Al cabo de cinco meses, recibió carta de Lucía, diferente a las demás.
“Papa tiene novia. Salimos anoche a cenar. Es psicóloga. Es muy guapa y amable. Me ha caído simpática. Se llama Elena. Papa parece otro. Estaba muy atento con ella y ella con él. Y también conmigo. Me ha encantado, es fabulosa, y sabe de todo. Me ha dicho que tengo que salir más, pero sin ti no me apetece mucho. Te espero todo el tiempo que haga falta. Lo siento, todo fue culpa mía. Te quiero.”

Su padre tenía novia. ¡Qué cómico! Si no fuese tan patético se echaría a reír.
¿La recordaría su padre? ¿Pensaría en ella?
Nunca la escribió, ni la llamó. Jamás tuvo noticias de él. Ni por navidad… cinco meses después, aún no la había perdonado.

***

Se integró un poco más en las clases. Llegó el verano y al no poder salir, seguía con sus estudios. Lo que le hacía adelantarlos. Al fin y al cabo, aunque le pareciera eterno, algún día saldría de ahí y tendría que buscarse la vida, porque ya tenía muy claro que no podía contar con su padre.
En el verano, recibió la noticia, un poco sorprendida, aunque la esperaba.
Lucia la escribió diciendo que la boda se celebraba en un mes.
Leía la carta sentada en el suelo.
Se alegraba de que su padre fuese feliz y lo intentara.
-¿Buenas noticias? – preguntó Laura, sentándose a su lado.
-Mi padre se casa en un mes.
-Casi en el otoño. ¿Es buena tu madrastra?
-Mi hermana está encantada con ella.
-¿Tienes traje para la boda?
-En mi casa. Mi hermana y yo usamos la misma talla. Ella se encargará. De todas formas, tengo aquí uno muy bonito, por si acaso.
-Vamos a verlo.
-No sé si me dejaran salir…
-Se casa tu padre. ¿Por qué no? Ya tienes dieciocho años.
-Sí. Además, se casan por la iglesia. Y mi padre… puede que me perdone.

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